El día que dejé entrar a mis ángeles, se colaron también mis demonios. Menos mal que lo hicieron, de lo contrario, seguiría negándolos, y sufriendo las consecuencias. Hasta ahora ellos habían actuado bajo la superficie, ya que no los dejaba salir a la luz. Ahora, estamos todos juntos, conviviendo lo mejor que podemos. Creo que ellos están esperando que me funda en un abrazo amoroso con ellos también.
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